martes, 26 de agosto de 2014

¡ABRE BIEN LOS OJOS (pero hazlo con precaución) QUE AÚN QUEDA VERANO!

Tolstoy tenía muy claro lo que es la alegría de la vida cuando dijo que "La felicidad consiste en vivir cada día como si fuera el primer día de tu luna de miel y el último día de tus vacaciones" . Estamos terminando agosto, muchos hemos concluido nuestro periodo vacacional y otros aún no las han comenzado pero lo que está claro es que el verano está empezando a tocar a su fin entre murmullos de vuelta al cole, rumores de uniforme y preparativos de vuelta a la rutina. Mucho se ha hablado este verano sobre el cuidado de la piel y sobre como protegerse del peligroso sol y a menudo se nos olvida que esta estación, que aún no está finiquitada, es muy peligrosa para nuestros ojos y que hay que cuidarlos y protegerlos especialmente. En verano, la temperatura es más alta y los rayos del sol pueden llegar a ser muy nocivos, además viajamos y nos exponemos a factores ambientales diferentes a los habituales que pueden ser muy agresivos con nuestros ojos.





Precisamente hace unos días ofrecíamos a través de nuestra página web unos interesantes consejos para mantener nuestra salud ocular en verano que desarrollamos a continuación

1. ¡Atención al sol!  El sol tiene muchos beneficios y  no nos referimos sólo al bonito color de piel que conseguimos en vacaciones sino a efectos como la producción de vitamina D que se genera cuando la piel se expone directamente al sol (por lo que se le denomina coloquialmene la vitamina de la "luz del sol") pero también puede ser una fuente de problemas para nuestros ojos causando daños que incluso pueden ser irreversibles. Para protegerse del sol es aconsejable el uso de sombreros o gorras, gafas de sol adecuadas y aplicarse protector solar alrededor de los ojos (por supuesto uno que sea dermatologicamente testado) Las gafas de sol deben estar homologadas y cumplir con la Normativa Europea de Seguridad Visual, incluyendo protección contra rayos uva, uvb e infrarrojo. Hay que huir de las gafas que se compran en mercadillos o puestos callejeros, lo mejor es dejarse aconsejar por ópticos u optometristas que nos aconsejarán cuál es la gafa más adecuada en función de la actividad que vayamos a desarrollar en vacaciones.

2. Los baños. Las aguas de pantanos y ríos pueden producir infecciones por su alto índice de gérmenes. Asímismo, el agua tratada de las piscinas también puede tener efectos nocivos. En personas que les gusta nadar con los ojos abiertos pueden surgir pequeñas molestias ocasionadas por el efecto irritante que tiene el cloro sobre la conjuntiva ocular. En algunas ocasiones, por el contrario, hay conjuntivitis infecciosas que suelen adquirirse por el baño en aguas poco cloradas como las de pantanos, ríos o incluso el mar. Ambas pueden diferenciarse por el momento y la forma en que aparecen. Las conjuntivitis infecciosas suelen manifestarse algunos días después del baño, mientras que las irritativas surgen al cabo de pocas horas. Para prevenirlas lo mejor es del uso de gafas protectoras convenientemente homologadas.


3. La arena de la playa. Son muy frecuentes en verano las irritaciones oculares producidas por la arena y cuando eso ocurre (cuando nos entra arena en los ojos) surge el reflejo de frotar pero es importarnte darnos cuenta de que esto es muy perjudicial. Lavarlos con agua tibia o suero fisiológico es siempre mejor que frotar ya que ese movimiento de frotación puede causar pequeñas lesiones o heridas en la capa más superficial del ojo que es el epitelio.

4. Aire acondicionado.  El aire acondicionado es necesario debido a las altas temperaturas que padecemos en verano pero por otro lado genera un ambiente reseco que afecta negativamente a las mucosas del ojo. No combiene colocarse justo delante del chorro de aire y hay que procurar que el ambiente no esté demasiado seco. Especial atención deben tener esas personas que padezcan el síndrome del ojo seco que se desarrolla cuando el ojo es incapaz de mantener una capa saludable de lágrima; si la sequedad es excesiva se puede recurrir a las lágrimas artificiales.

5. Alergias oculares. Las personas con propensión a sufrir conjuntivitis deben tener especial cuidado también en verano. Muchas plantas mantienen su polinización en esta época, haciendo de esta estación una época complicada para los alérgicos. Los síntomas mejorarán continuando con su medicación habitual y siguiendo las instrucciones de su alergólogo.

6. Lentes de contacto. En verano, más que en ninguna otra época hay que extremar la precaución y la higiene con el uso de las lentillas. Es  necesario lavarse bien las manos antes de manipularlas, extremar su limpieza o cambio según haya indicado el oftalmólogo y el óptico-optometrista y no bucear nunca llevandolas puestas ya que puede ser un foco de infección. Todos los anteriores consejos sobre el sol, el agua, la arena, el aire acondicionado y las alergias hay que extremarlos aún más si además se usan lentillas.

7. Protección  solar. Es muy importante usar cremas con un factor de protección 15 o superior alrededor de los ojos para proteger los párpados. Debemos también asegurarnos que la crema usada sea de calidad y esté dermatológicamente testada para que no se desencadenen otros problemas dermatológicos.

Dijo Mason Cooley que "Las vacaciones demuestran que una vida de placer está sobrevalorada" puede ser, pero no hay duda de que es un tiempo de alegría, descanso, disfrute y ocio. Vivir a tope el verano y las vacaciones no tiene porqué estar reñido con el cuidado de una parte tan delicada de nuestro cuerpo como son los ojos. Cuida de tus ojos mientras te dejas llevar por un tiempo de placer sobrevalorado...

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